#Colombianos #Mujeres
Otra vez ha llegado el arrogante a… y se ha instalado aquí donde tu nombre comienza a ser un… que me da sombra con sus siete let… sin permiso sin prisa –con un rost…
Empotrado en la noche de la alcoba el espejo tiene la lucidez de los oráculos. Sobre la superficie de su luna la muchacha desnuda
Tu boca viene a mí, solo tu boca. Viene volando, libélula de sangre, llamarada que enciende ésta mi noche de ceni… Toda la sal del mar habita en ella…
Tu ausencia ha hecho que para mí la música sea… y que me duela Schubert de costado y que la lluvia su tintineo contra la ventana
Al escuchar tu voz nocturna, padre… —tu voz de amante navegando en sus… yo descendí del más hondo silencio y me hice llanto. Una llama violeta le dio vida a mi…
Para tus ojos quisiera yo beber el dulce azogue, y amanecer cubierta de polvo de me… como una joven faraona muerta. Robarles su color a los almendros,
Hablo de la muchacha que tiene el rostro… y los senos erguidos y dulces como… del niño ciego al que su madre le… inventando palabras,
A qué llorar, me digo, todo estaba previsto me muerdo las falanges los asombros por qué miro la luna
Ahora que ya remonto la mitad del… yo que siempre me apené de las gen… yo, que soy eterna pues he muerto… y que alargo mis brazos al sol en… en las noches y me canto canciones…
Hoy vi que a ese lugar donde te am… —y donde fue temblor nuestro silen… cuando anunció con voz eterna la a… que ya se alzaba el día— llegaban implacables los hombres c…
Ese sonar de aldabas me levantó de… sobresaltó mi corazón dormido. Cuánto ruido trajiste a esta casa: Qué músicas extrañas, qué silencios no oídos.
Tantas cosas han sido y han pasado… Como viejas palomas mal heridas, llenas de costras, de lastimaduras… las paredes de cal donde el tiempo… Y va la soledad pegada al viento.
Por el camino de tu lengua yo podr… hasta la negra Abisinia o cabalgar hasta Bengala o Nankin porque ella es sabia como un viejo… enseña sobre el cielo
Porque ahora paso mi mano sobe el… y si cierro los ojos oigo correr u… porque mi cuerpo comienza ahora en… donde alcanzan tus brazos y el mie… y sé llamar las cosas
Tías siempre observadas por aquel laberinto de retratos, con sus piernas de pájaro enredada… en ovillos de lanas de colores. Un camafeo guarda los cabellos