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El hornero y la golondrina

—¡Me permite, señor Hornero,
descansar un rato en su casa?-
le preguntó la golondrina
y el hornero le dijo: -¡Pasa!
puedes estar en el alero
que está cerca de la cocina.
 
Cuando salió a su trabajo
el hornero, la golondrina
a todos sus parientes trajo
y ocupó “hall” y piscina.
 
Ya de regreso el propietario
encontró llorando a su esposa
y pensó volverse incendiario
por no ocurrírsele otra cosa.
 
—¿Conque la golondrina? ¿Esa
que llegó pidiendo un favor?
¿Esa qeu ni siquiera trina?
Pues he de hacerle algo peor.
 
–¡Déjala!– suplicó la esposa;
—ocupemos el nido viejo
que la culebra cautelosa
les ha de dar un buen consejo.
 
Y en efecto; así sucedió,
porque aquella familia extraña,
por echarse a dormir, no oyó
el merodeo de la alimaña.

(2009)

MORALEJA
No debes fiarte del que pasa
si no quieres perder la casa.

#EscritoresBolivianos #Fábula

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