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Constelaciones

Con las sedantes horas de la tarde
que arropan en matices las distancias
la luz mueve sus débiles prestancias
ante la pira que en ocaso arde.
 
Vibra en la claridad póstumo alarde;
azuza el resplandor sus arrogancias;
fugan olas y frondas en fragancias
y se abre un bruno tornasol cobarde.
 
La noche, por ingente poderío,
cuaja su toga heráldica de estrellas
mientras que predispone a meditar.
 
En tanto que la lumbre del bohío
es _de la sombra en las azúreas huellas_
otra estrella que sube de la mar.
Otras obras de Regino E. Boti...



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