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Alegoría del Simbad íntimo

Hace ya largo tiempo que el soñador extraño
partió en su nave a vastas playas desconocidas;
era como un milagro sobre su boca el cántico,
florecido en las densas inmensidades líquidas.
Y yo espero –arúspice trémulo ante el misterio
interrogando el grave destino de las cosas
ver regresar el íntimo Simbad de los ensueños,
la nave henchida de áureas riquezas ideológicas.
Febril en las inmensas gemas de los crepúsculos,
las pupilas, colmadas de promesas magníficas,
tiendo hacia mis internos océanos profundos.
Pero sobre las anchas rutas desconocidas,
a ratos he sentido traerme el viento amargo,
no el canto del que vuelve triunfal de sus conquistas,
sino un clamor de sordas campanas de naufragio.
Otras obras de Regino Pedroso y Aldama...



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