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Los Borgias

Oro, púrpura y raso; suntuosos cortinajes;
mantos cardenalicios y cabezas mitradas;
un cortejo de sedas los príncipes y pajes;
como fulgor de soles las manos enjoyadas.
Penden de las paredes las cruces, las espadas;
muestran regias las damas la albura de sus trajes;
fulgen de las pupilas, perversas, las miradas
desnudando las carnes detrás de los encajes.
Pasa Lucrecia, altiva, triunfante su belleza
de papal cortesana; soberbio en su realeza,
César Borgia, en el cinto la espada y el puñal,
asoma, y las gargantas en angustias se oprimen,
mientras sensual su boca sonríe bella al crimen,
al ver fulgir la púrpura de un rico cardenal.
Otras obras de Regino Pedroso y Aldama...



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