Cargando...

Y mi voz cantará sobre tu muerte

I
 
Aquí muriendo en agua corrompida,
desangrado, negado y perseguido,
venciendo al odio y tu puñal de olvido
mi voz se elevará sobre la vida.
En carne de verdad y angustia herida
sueño fui, dolor soy, amor he sido;
no vencerán mi ser estremecido
tu veneno, tu hiel, cárcel ni brida.
Por anchos cauces de un gran sueño humano
volará mi canción ; seco ni preso
por tu noche he de ser; aún más profundo,
sobre mentira cruel y odio inhumano,
con luz de alma y con blancor de hueso
contra ti mismo salvaré mi mundo.
 
II
 
Ante el alba de amor que está cantando
canción de eternidad en la mañana,
remo en mi nave, y mi voz quemando
desnuda su emoción en luz se ufana.
Por mares de amargura voy sangrando,
y hacia una inmensidad ancha y lejana,
la llama de mi vida va soñando,
más alta en su dolor y más humana.
 
Podrás hacer de mí ceniza o roca;
en mármol de opresión sellar mi boca;
vencer mi carne y apagar mi aliento.
Con hondura infinita, sobrehumana,
el hombre vencedor del sufrimiento
clamará con mi voz desde el mañana.
 
III
 
Frente a una lobreguez de oscuros cielos,
en ansias de otro mundo alcé mi lanza;
y quien bogó por mares de esperanza
vio en turbias olas naufragar anhelos.
Vida y clamor, en noches de desvelos,
lloraron siglos de desesperanza;
y ante esta sombra que al futuro avanza
el alma sólo ve miseria y duelos.
Mas en playa de azul el hombre espera
—¡árbol de luz, canción de primaveera!—
libre en olas de sol, desnudo y fuerte.
Mientras tú pasarás hacia la nada,
con tu noche, tu crimen y tu espada,
entre aguas turbias y mudez de muerte.
¡Y mi voz cantará sobre tu muerte!
Otras obras de Regino Pedroso y Aldama...



Top