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Solitude II

Y de nuevo tú
buscando un escondrijo donde anidar .
Cualquier oscuro recoveco.
Dejando caer tu débil cuerpo
sobre mis reconditeces .
Se me ocurre vestirte de azul
en una de mis noches insomnes
y asomarnos juntos al pozo de la memoria,
al trasfondo interior .
¿Por qué me pegas siempre?
Estás presente en el agudo filo de la introspección
y en la angustia kierkegardiana que me desgarra ..
¿Cómo desprenderme de tí mi antigua compañera?
Si ya te has vuelto parte de mis huesos.
Otras obras de René Dayre Avella...



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