Y ahora que estás en España que como ya sabrás
Otra maldita tarde de domingo, una de esas tardes que algún día escogeré para colgarme del último clavo ardiendo
Los trinos de ese mirlo se derraman sobre el fiambre más reciente de la ciudad. Dicen que encontraron la jeringa
No puedo leer un solo libro. Una sola página. Un solo párrafo. Ni una línea. No puedo escribir,
Todo el día queriendo redactar este poema y ahora no recuerdo qué se supone que tenía que decir.
La vieja terminó por fin de volver… Se levantaba la falda y exhibía el… le pedía que se lo chupara al maitre. Se llamaba Linda. Tenía
La vida es como despertarse a media noche aturdido y confuso, absolutamente
«Soy yo. Estaba por aquí abajo. Invítame a un café.» «Estoy un poco liado.» «Es igual. Tú sigues
Tenía un 1640 con doble unidad de… y pantalla monocromo pero quedó para el arrastre después de haberme jodido un par de meses de trabajo,
Hundo la cuchara en la blanda firmeza del yogur y me lo como, lentamente, de pie,… de la nevera abierta. Paladeo su frescor gratificante,
Releyendo 10 años después El árbol de la ciencia Me pregunto —entre otras cosas
Tu padre se está metiendo coca, tu… no te deja estar, y ahora que por… desechar otros vicios que no fuera… el condenado tabaco y el café. Llegas a casa, enciendes la T.V.
Es tarde ya en la noche y la playa está desierta. Rompe el mar sobre las rocas. Un aire cálido,
Me llama. Está borracho. Un poco borracho; la lengua le patina, y me imagino su babosa, su estúpida sonrisa.
Invertir cerca de un paquete de cigarrillos en la escritura de un poema de apenas ocho versos.