No puedo leer un solo libro. Una sola página. Un solo párrafo. Ni una línea. No puedo escribir,

Otra maldita tarde de domingo, una de esas tardes que algún día escogeré para colgarme del último clavo ardiendo

Me llama. Está borracho. Un poco borracho; la lengua le patina, y me imagino su babosa, su estúpida sonrisa.

Invertir cerca de un paquete de cigarrillos en la escritura de un poema de apenas ocho versos.

Los trinos de ese mirlo se derraman sobre el fiambre más reciente de la ciudad. Dicen que encontraron la jeringa

Pedro Salinas dice en un poema que no quiere dejar de sentir el dolor de la ausencia de la mujer a la que ama

Tu padre se está metiendo coca, tu… no te deja estar, y ahora que por… desechar otros vicios que no fuera… el condenado tabaco y el café. Llegas a casa, enciendes la T.V.

Las 00.30 y heme aquí fumando hasta matarme delante de una pantalla negra con manchas de verde embadurnándola.

Todo el día queriendo redactar este poema y ahora no recuerdo qué se supone que tenía que decir.

Es como siempre habías querido estar y no podías hasta que

La ducha no funciona. La sartén convierte en picadillo lo que se supone que tenía que ser nuestra comida. Abro el grifo del fregadero

La vieja terminó por fin de volver… Se levantaba la falda y exhibía el… le pedía que se lo chupara al maitre. Se llamaba Linda. Tenía

Suena el teléfono. Manolo. Me com… que le han dejado un ojo como un p… En una fiesta —cosas que ocurren,… cuando uno se divierte. Algo que, como ya se sabe, no gusta dem…

Me hablaba del cielo de Esmirna, de las doradas cúpulas que alumbra la tarde veneciana, del aire perfumado y cómplice de c…

Lo que sobrevive aún de la mañana… lentamente bajo una lluvia inesperada y fina,… sueños en los que no acabas de dor… En Canarias, según dicen, es ya l…