Vicios.
No importa cuál es tu vicio. Yo me pierdo en tu mirada.
Pájaro de vuelo rápido.
Cuántos poemas tuve que escribirte y aún así no sabes cuántos lunares tengo en la cara.
Me puse a pensar y medite en tu recuerdo.
Yo podría decirte, que sin importar tus vicios, te amaría.
No me refiero a drogas, o cigarros. No quiero que destruyas tu vida.
Tu vicio podría ser algún sueño, o algún sueño fracasado, pero para mí siempre serías exitoso en todo que hagas.
Es como si quisieras haber sido futbolista pero solo podés ver partidos.
Quizás para vos es fracaso, para mí es la gran fortuna de no haber visto un partido pero acostarme a tu lado a verte mirar lo que amas.
No te confundas. Pájaro de vuelo rápido, parezco muy romántica en poemas, pero me cuesta dar afecto.
Yo no sé si tú vicio está en algún juego, en algún libro, en alguno de mis poemas.
No sé si la fantasía de algún sueño no realizado te volvió débil y crees que no mereces más que eso.
Pero pájaro de vuelo rápido, no hay nada que puedas hacer, que para mí, no sea el mayor logro que hallas logrado.
Lo que hagas por primera vez podría celebrarlo. Y lo que repitas más de una vez, podría celebrarlo también. Con más entusiasmo.
Capaz tu vicio está atrás de una pantalla y el mío también porque me encuentro acá, escribiéndote a media madrugada.
Tus virtudes y fracasados para mí tienen el mismo peso. Se llama valor. Y cada parte tuya tiene valor.
