Del libro Aquí no duele -50 poemas-, Buenos Aires, Ed. Vinciguerra, 2010
Las astromelias las gerberas las fresias los jazmines las hojas de la Santa Rita
Es lo que se posterga me digo tiempo desértico de vida lo que va estructurando el espacio del avance de la noche.
Y sigue siendo lágrima de brava marea tejedora de pocos rincones allí donde residen suaves
Cada uno busca en su camino el aleteo del otro la mirada murmurante la impiadosa ilusión. Sin parpadear encuentra
Desecho la cadencia de las posesiones precarias. Aquel mensaje recibido en el plenilunio envejeció mis manos.
Buenos Aires reluce hermosa complaciente de edificios de acero y cristal. Camino por Córdoba desde el bajo urbano sístole y diástole.
Afuera destella el sol refleja las hojas agitándose bajo… y adentro miro a Ana María que va… entre sonidos ecos murmullos. Ruidosos faxes computadoras y telé…
Decidió tomar un poco de aire a bocanadas a manotones en realidad.
Cronista siempre para alumbrar historias escondidas en palabras navegantes y náufragas habitadas desde las raíces de los… inicio de lo que no inicia ni conc…
Noticias truncas atraviesan al sesgo el día saudades del destierro. En ocasiones muchas andanzas
Se mira al espejo se descubre en tres dientes y una… investiga quiere asirse se saluda con su vecino en el vidr… un dedo se apoya en la otra imagen
Capa sobre capa encebolladas como dice Vallejo mundo sobre mundo primero madera después piedra
Pero la escasez agudiza los sentid… adensa los olores a basura hostiga el alfabeto y de golpe sentarse a esperar la nada que la piel ni roce la piel
Todo está inmóvil esperando. La tierra adquiere aérea pasividad los hombres
A veces salva del pesar de vivir el eco de voces ajenas ofrecer las manos vacías los nombres del silencio generar espacios