Eran las palabras que repetía el anciano, anterior a ser visto por última vez. Guardaba silencios entre cada palabra, como si procurase generar expectativa en el público que le oía. Est...
Despertarse en tu humo cenizo, oliendo tus entrañas en llamas. Que el mal llegará cada vez más... pero qué mal la verdad de mi ciuda… Bogotá: tus cerros nos han hecho d…
Siempre se tienen historias de las palabras. Cada vez que descubrimos algo nuevo, la mente nos juega la mala pasada de recordar esa novedad como una verdad, lo irrefutable. Resulta, pas...
Niego el hecho presente de vivir en verbo decadente. Niego el amargo antes de recordar
No esperaba ser lejano, fuera de mi más cercano e inquebrantable plano. Tampoco pensaba en la lejanía, versaba a través de una manía
hacia un mundo sin fin ha nacido: el vértigo sentido del niño escondido. “para una vida de vacío,
No me acuerdo del instante preciso en que fui consciente de mi mismo, de mi conciencia y de mi mente. Nunca supe en qué momento empecé a ver la vida de una forma tan intrínseca, como si...
Del día inexorable alentaría el verso. La prosa lo llamaba en secreto procurando no ser
“Procede así: mediante una hipótesis, trata de hacer coherentes un conjunto enigmático de hechos: (un guante ensangrentado, un cadáver, una impresión digital, un cigarrillo a medio fuma...
Y de poco a cerca en la ventana, vislumbré la parte de mi alma que aún se sentía fragmentada. ¿Será sensato vislumbrarla, tendré coraje al enfrentrarla..?
El mundo de las palabras es de todos. La vida de las propias palabras son de uno. Son las palabras de mi ser mías y enigmas, porqué no sé cómo es que son más que ellas mismas. Es como s...
Nadea la nada y el nadie es yo que nada soy yo que nadie se Ni a mi mismo
fumo porque sí, no necesito razones. he desbordado mi subjetividad en días que no dan de más. mi vida parece aclamada por la noc…
Mi ser sediento está. Encumbrado en sus días más marchitos, y menos fidedignos, mi ser tomarse quiere,
Sea el tacto una dada interacción, sea mi tacto un acto de lo dado. El dedo que me da sentido al acto, los sonidos de la tácita percusión que repercuten en la nueva armonía