Nadea la nada
y el nadie es
yo que nada soy
yo que nadie se
Ni a mi mismo
ser
Tampoco al
proceder
Sé que cedo ser... y
tan poca es
la mismidad
que mi nada sea
al nadear de su marea.
Siendo así, todos compartimos
la vacuidad de lo vacío
la nadidad de lo nadío
la eternidad de lo tardío.
Ido lo vivido. Vivo del día en
que dios se soñó asimismo.
Así mismo.