Qué hiel
La de mi floripiel
Acá va el poema...
Hiel de flor:
Por la espalda, sentí el picor.
Por su cuerpo, vi mi dolor.
Entre la frialdad de mis candideces
veces forje una sensibilidad,
particular, particular, particular.
Articular el alma con el espíritu,
darle sentido al sentir, y
así como las ideas habitan su mundo platónico, pensarse imaginar.
Es mi narración o no de mi cabeza...
o mi viveza,
o la crudeza,
de la tragedia,
del sentimiento cómico
del cósmico ser que es.
No era yo, nunca ese fui.
El que fui no dirá más de lo que yo escribí. Y eso que escribí. Eso tan absurdo que de mí leí y en mi ví... eso dejó su marca y en mi voz tengo el testimonio vívido y vivaz de un acontecimiento que me hace acontecer, y atreverme a confesar mi ser. La sed de una flor en hiel.
