De «De un marzo los días todos»
La enemiga defunción te invita, pero no asistas a esa fiesta. Vete pronto a tu lejana villa, roe un árbol, dale una semilla.
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
pueden leer como quieran no
La poesía, esa pobreza. Se garabatea durante mil años y se… o en menos, en un segundo, sin lee… se lee en un segundo y no se adivi… La poesía, esa mezquindad.
La vida es estratégica y regresa, siempre y sin falta, cuando me estoy muriendo.
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.
Lo que perdura una vida, es un dilatado segundo. Vemos cuan inútil resulta invertir en contarlo, tocarlo, cuando estamos pisando
Todo verso nace porque sí. De sí.
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
—¿Jefe, me da permiso para ir al e… —Ahora no se puede, la producción… —Disculpe jefe. Gracias. Permiso.…
Reverberación de las masas tras la… Organizaciones mundiales llegando… Laboratorios farmacéuticos frotand… Bolsas de valores botando la casa… Dípteros insignificantes sacudiend…
Además una cosa: El poeta está ahí Para que el árbol no crezca torcid… Nicanor Parra Los malos poetas
esto no sufre de poesía
Quienes me ven en la calle no sabe… Aún no es hora de encerrarme.