De «Poéticas poco cínicas y muy insuficientes»
Colores blandiendo la espada de la… Convites acuosos desde el fervor i… Visitas empíricas e inusitadas par… Cubrimiento de primer nivel de las… Insectos demorados en la barra del…
no me tiren tanta pregunta
Reverberación de las masas tras la… Organizaciones mundiales llegando… Laboratorios farmacéuticos frotand… Bolsas de valores botando la casa… Dípteros insignificantes sacudiend…
Me da lástima tu sangre cuando cor… sin ritmo ni prosa hacia cualquier… Me doy golpes de pecho por no pone… vieja y desportillada para que no… La otra noche tu muerte me importo…
—¿Estudias o trabajas? —Soy escritor.
Para que el mundo siga girando me detengo de tanto en tanto a observar lo que está quieto e imaginar que sigue moviéndose. Muevo el mundo en mi mente
—¿Qué libros me recomiendas leer? —Todos.
No importa el lado de la puerta que nos vea. El afuera siempre está adentro.
Adivinaciones vetustas renaciendo… Genios científicos estudiados por… Grandes pasos para la humanidad má… Primer nuevo paso del big bang otr… Consecuencias de la quietud del mu…
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
con la mano izquierda escribamos a… en honor a los zurdos, en contra d… o usemos hoy nada más que el lado… imaginemos con el zurdo músculo in… no perdamos la ocasión, seamos zur…
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
Voy por buen camino [no sé para dónde voy.
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.