De «Poéticas poco cínicas y muy insuficientes»
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.
De la tierra viene todo lo que va hacia ella.
Las señales universales las enramo… esperando que él, el eslabón perdi… las indulte y las disponga, las en… las transmute a materia, gris, esp… con el tacto, las atienda al calar…
una palabra por vez y
es más fácil ahora antes
Colores blandiendo la espada de la… Convites acuosos desde el fervor i… Visitas empíricas e inusitadas par… Cubrimiento de primer nivel de las… Insectos demorados en la barra del…
—Nos vemos allá, si te parece. —Sí, seguro, pero, ¿cómo te recono… —Soy el que va disfrazado de perso…
En el timo letal de la vida extint… todos los que resultan, mutilados, reverberan con las banderas, en al… de calaveras y huesuda cruz y negr… A las puertas de salida,
Desperté con la mitad de los ojos.…
el respeto al complejo ajeno
hay luz en todos lados mis pupilas duelen y mi alma no sabe qué no hacer
Somos tan pequeños que ni sabemos… Somos tan pequeños que la mayoría… desconoce nuestra existencia, nues… Y somos tan pequeños que si desapa… casi nada en el universo lo llegar…
Aunque sean molinos son gigantes,… Sé de lo que me habla siempre que…
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
Gano dinero de mil maneras pero no haciendo poesía. Estoy a salvo. Por ahora.