De «Un (casi) poema (malo) al día»
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
Me pregunto si la tierra con sus entrañas llenas de oro sabe que es la tierra. Me pregunto si la tierra sabe qué es el oro.
pueden leer como quieran no
el respeto al complejo ajeno
Colores blandiendo la espada de la… Convites acuosos desde el fervor i… Visitas empíricas e inusitadas par… Cubrimiento de primer nivel de las… Insectos demorados en la barra del…
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
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hay luz en todos lados mis pupilas duelen y mi alma no sabe qué no hacer
Las señales universales las enramo… esperando que él, el eslabón perdi… las indulte y las disponga, las en… las transmute a materia, gris, esp… con el tacto, las atienda al calar…
Colombia es el poema más difícil q… Trozo lagrimoso de trópico soñando… Montañas prodigiosas perdiendo la… Ríos antiguos de sangre nueva. Todos los verdes posibles.
Desperté por mayoría de votos. Y…
Desde que te conocí, poesía, me hice la misma pregunta. Desde que te conozco, me he hecho la misma pregunta. Y siempre estuviste,
Lo que perdura una vida, es un dilatado segundo. Vemos cuan inútil resulta invertir en contarlo, tocarlo, cuando estamos pisando
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría