De «Leyes mudas de la mano alzada»
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
con la mano izquierda escribamos a… en honor a los zurdos, en contra d… o usemos hoy nada más que el lado… imaginemos con el zurdo músculo in… no perdamos la ocasión, seamos zur…
Una bestia de siete cabezas me habita y, como es natural, cada cabeza tiene su propia dieta. La que más vigilo
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
No me consta que soy yo el que dic… Habrá que ver qué dice la historia y qué la literatura. Y qué yo.
Por poeta, creo, vivo rogando. Con el mazo dándome y rogando no ser poeta.
Cuando borro sonrío. Dios sonríe cuando crea vacío, aunque nadie lo haya visto.
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
mire usted cómo es la vida ni si quiera soy capaz de pronunci… y existe la poesía que lo hace por… soy un analfabeto que lo conoció l… disculpe usted el atrevimiento
El polvo carcome las que fueron nu… las abraza, las babea, les sorbe l… Polvo vampiro, te veo en el aura n… veo como alzas el vuelo blando, de… sin penitencia, saciado, riendo ra…
Los pájaros no salen a volar porque sí.
La poesía es como los relojes: funcionan todos igual, pero diferente. Como el pan antes de serlo,
Lo que perdura una vida, es un dilatado segundo. Vemos cuan inútil resulta invertir en contarlo, tocarlo, cuando estamos pisando