#Camagüeyanos #Cubanos #Gays
En el Zoco Chico, plaza de la Medicina de Tánger, Roland Barthes reconoció el «lugar de la escritura». ¿Cuáles son las coordenadas de ese sitio? España, allí, se ve «desde abajo», como ...
Las galaxias parecen alejarse unas… considerables. Las más lejanas huyen con la acele… treinta mil kilómetros por segundo… próxima a la de la luz.
El émbolo brillante y engrasado embiste jubiloso la ranura y derrama su blanca quemadura más abrasante cuanto más pausado. Un testigo fugaz y disfrazado
La transparente luz del mediodía filtraba por los bordes paralelos de la ventana, y el contorno de lo… frutos –o el de tu piel– resplande… El sopor de la siesta: lejanía
Poco interés presentan estas cosas para un Concilio, que otras más ur… —la talla de los ángeles, las fuen… del Edén–, y sin duda, más valiosa… apremian sin cesar. Insisto empero
No porfíes. No rememores que no se olvida el olvido ni su embriaguez: lo que ha sido, es y será. Sinsabores, dramas discretos y amores
1. wax wing No hay silencio sino cuando el Otro habla
Si nuestra pintura, en la expresión de sus trabajadores la aventura de unos cuantos hombres que han buceado en la realidad cubana ha alcanzado un “estilo” original que la identifica y d...
La raya negra y el batello, el monte siamo tutti, el barco blanco sobre el agua blan… y la fijeza de los pájaros sobre la Salute.
La posición, que es a la vez la tragedia del escritor en Cuba, puede resumirse en muy pocas palabras: el escritor no es un profesional, no tiene una manera de vivir de su trabajo, o com...
Entrando en ti, cabeza con cabeza, pelo con pelo, boca contra boca: el aire que respiras –la fijeza del recuerdo–, respiro y en la poc… luz de la tarde –rayo que no cesa
No abandone tan pronto, señor lector, la lectura de este artículo cuando le advierta que voy hablar de Martí. No mueva las manos nerviosamente. Yo lo comprendo: también he padecido por ...
El gamo, contra el naranja del bosque, pasa mojado, veloz. El aire cuajado añade al bosque una franja de aros dispersos. En esos
No acudas a linimento, alcanfor, miel o saliva, que atenúen el momento de más ardor. No se esquiva con ardid, ni se deriva
Se esforzaba. Su jadeo ante el jardín clausurado era el de un ciervo asustado. La furia –más que el deseo– de penetrar, era el reo