#Camagüeyanos #Cubanos #Gays
Tanto arder, tanto valor tanto ataque y retirada ante ese umbral en que nada alivia más el dolor que su incremento. O mejor:
Poco interés presentan estas cosas para un Concilio, que otras más ur… —la talla de los ángeles, las fuen… del Edén–, y sin duda, más valiosa… apremian sin cesar. Insisto empero
Las húmedas terrazas dominaban el templo, la planicie entre dos m… superpuestas, azules, triangulares… Simétricas estatuas deslizaban sus fragmentos de mármol por la ni…
Si nuestra pintura, en la expresión de sus trabajadores la aventura de unos cuantos hombres que han buceado en la realidad cubana ha alcanzado un “estilo” original que la identifica y d...
La pared cruje. Grieta en lo blanco. Allá va, desunido, el cuarto. Detrás del tragaluz
¿Por qué el Oriente, en tus libros? La pregunta cae, metalizada en el auricular, como una moneda que rebota en la obscuridad y sigue, en el embaldosado, la diagonal del alfil. ...
Muera quien tiñe el asfalto de sangre tibia y espesa, muera el chacal que de un salto se apodera de su presa, muera quien humilde besa
Creíamos los escritores que nuestro pueblo era, casi por definición, indiferente a la cultura: ello robusteció las “torres de marfil” y el hermetismo. El Primer Festival del Libro Cuban...
La menta y las alhajas funerarias,… los últimos children pets. Combate… la música del río respirante, arra… de las grúas mohosas el estrépito… van creciendo entre cacharros y la…
Ya lo ves, de aquella brasa cuyo ardor te calcinó, saciado, sólo quedó dispersa ceniza escasa. Muda inconstancia que abraza
La raya negra y el batello, el monte siamo tutti, el barco blanco sobre el agua blan… y la fijeza de los pájaros sobre la Salute.
Hojas de palma, corteza de abedul, papel que las manos piadosas han prensado y conserva, en nervaduras rugosas, más obscuras, la materia de los paños originales, la trama que lo creó: s...
¡No es cierto lo que dicen! No he matado a cien personas. Sólo a unas cuarenta, y otras veinte torturadas... es decir, veintidós, porque había dos niños, ahora que recuerdo. Pues bien, ...
Se esforzaba. Su jadeo ante el jardín clausurado era el de un ciervo asustado. La furia –más que el deseo– de penetrar, era el reo
El mar con destructora música invo… la ciudad que la luz redescubre ju… El ave gritando toscamente hacia u… Todo su amplia vigilia lo gobierna… sus palabras invoco– menos el agua…