El jardín de los helechos crecía sin miedo; habían cometas, libros y seres de otros mundos y la alegría me daba su mano

Sentada bajo la sombra de un roble Admiro mi bosque dormido en el ti… Raudas en entretejer una alfombra… Las hojas se despiden de los insta… Adelfas azucenas presas del deliri…

Una porción de cielo se descosió con tus lágrimas, al sujetarla con tus manos la otredad de una desnudez disenti… sembró dudas con su brusca proximi…

Hay una inmensa nostalgia en Lisboa. La ciudad del fado es como una amante que te incita a descubrir sus secretos prohibidos, a entender el lenguaje que se desprende del fuego, de la b...

Toda la dicha cabe en un suspiro de tiempo, en un balbuceo de fiebre amarilla con la piel ennegrecida y el andar de las botas de sol

Donde reina el sonido del silencio desconecto mi voz interior el aire es quietud que fluye por el túnel naciente entre mis pulmones y mi corazón

Todos tenemos nuestro otro yo, ese que dejamos fluir cuando nadie nos ve o simplemente con esa persona especial. Muchos temen mostrarlo por temor, por orgullo o por instinto de superviv...

Caminando entre la niebla Divisé un gran tesoro Un ángel en edad de oro Sumido por la tiniebla Oscuridad de pobreza

El agua ofrece la espalda y concede un rosal. Oh! Pétalos de naipes, árboles sin nombre que en un día

El universo estaba contenido en sus ojos cuando él la miraba, a ella.

El cuerpo erguido en la tierra sintoniza voces contenidas en las fibras del espíritu y asciende hasta el núcleo de la creación universal.

Que cada cual sobreviva como mejor sepa, cuando en las noches las estrellas y la piel no se entrelacen las manos,

¿Qué razón justifica que seamos eslabones dispersos en la garganta de un mundo sin canciones de solidaridad? De ser partículas atraídas por contratos mercantiles viajando en dirección c...

When the fears dance in the autumn festival your gaze is lost in the midst of your restlessness

Te vi pasar acompañado y yo también lo estaba. Mis recuerdos soñolientos, atascados en el fondo de la copa de vino tinto que me acompañaba todas las noches, se escurrieron por mi gargan...