Haiku 40
11/07/2016
Amanecer en un día nublado; nos hace verlo, como el sutil frescor que nos regala el cielo.
El trueno ruge. Y allá en la oscuridad, aúlla el lobo.
Esas niñas mías que tanto amé. Esa entrega incondicional y transparente,
Fresca y ligera te refugias del sol y del mal viento. Con tu belleza húmeda, esparces la pureza.
La vieja mecedora, languidece en u… “Todos la miran y nadie la ve” Ni siquiera con el aura de recuerd… Aquella vieja mecedora arropó a mu… Fue testigo y confidente de alegrí…
Desde mi ventana todo parece igual, los árboles o aquella pared que una vez estuvo llena de musgo dando un verdor húmedo a mi jardín, pero no es cierto... Había un árbol grande que ya n...
El silencio, es ese telón "intangible" que se l… ¿Será así de simple...?
Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!
Por densa selva, vuela sobre su sombra, un colibrí.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
El dolor es inevitable, pero, ¿y el sufrimiento? ¿Debemos aprender a convivir con él?
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Te dije adiós un día, (ya no recue… Te veía elegante, altivo, vistiend… encantaba caminar de tu mano sinti… privilegio por tenerte. Pensaba, en mi pueril inocencia, q…
Si los suspiros mueren en el oído de quien los causa, la vida fuera mucho más bella y placentera.
Viejo reloj, que gira sin cesar, evoca al tiempo.