La cigüeña se aferra a su alto nido y mira airosa. Son sus potentes alas amparo de su prole.

Te fuiste un día, y hoy, logro recordarte ¡al fin!...serena.

Tengo otra esencia, lejana juventud; ¡Como el vintage!

¡Abrázame! y calla. No hables, solo...

Amanecer de un domingo gris, lleno ¡de abrazos! ¡de despedidas!

Me siento pegada a esta tierra est… que ya no da sus frutos y mucho menos el perdón. Para mí, el hoy es incierto y el mañana

Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.

Cae la tarde y me sorprendo contemplando el ocaso del día, cuando una brisa fría y húmeda me estremece.

Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!

En su alma simple, cuanta veracidad encierra un Haiku.

Si los suspiros mueren en el oído de quien los causa, la vida fuera mucho más bella y placentera.

Croa la rana, salta al oscuro charco. Mira al nenúfar.

Añoro, la guitarra el silencio y tú... Quimera

¡Brotes de amor! en esa rosa blanca, sobre mi pecho.

¡En el silencio! siento el cálido arrullo de las palomas.