04/04/2016
#Tanka
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.
Marqué en la arena los instantes vividos con añoranza. Y fue el viento travieso quien guardó mis memorias.
Entre las nubes, cabalgo tan veloz, que aplasto al viento.
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
Corro sin cesar y el rugir del viento me golpea. Los sauces implacables y desafiantes,
Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...
¡Brotes de amor! en esa rosa blanca, sobre mi pecho.
—Acércate hijo, ven, pon tu manito en mi vientre. Aquí, mira, aquí dentro está tu he… ¿Vamos a dibujarla tú y yo? le dije dándole un beso.
Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
¡Mi padre amado! te recuerdo y te extraño con gran nostalgia. En tu última mirada, no pude estar contigo.
Cuando el instante, la casualidad o el amor se acoplan; entonces, viviremos, entonces, ¡Naceremos!
¡Pobre Arlequín! lloran tus ojos… aunque en tu rostro exista la sonr… sólo es tuyo el lamento de la bris… que con amor y gran ternura vistes… ¡Tú, mi Arlequín! que escasamente…