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Mejor un pasacalles

Estoy estúpidamente enamorado
Y voy a hacer cosas estúpidas por un tiempo.
Entiéndanme, no es que sea así del todo, tal vez si un poco.
Pero es que el amor me abrió de par en par las puertas de la idiotez
Y yo entré como un caballo, como señoras apuradas en una tienda,
liquidación todo mitad de precio, con mi mejor sonrisa...
De idiota, claro.
 
Por ejemplo, le escribiré
Al nuevo gran amor de toda mi vida
No un poema, ni un mensaje de texto,
Sino... ¡un pasacalles!
Con letras de las bien grandes
Para que ella y todos sepan
Lo estúpidamente enamorado que estoy.
No se ni cómo voy a colgarlo,
Al pasacalles, digo,
Pero algo se me ocurrirá.
Pues la tontera de amor es un propulsor tan poderoso
Que si se usara en cohetería
Ya conoceríamos la mitad de la Galaxia en persona...
 
Y en la madrugada de su cumpleaños
Tal vez escriba la calle en frente de su puerta,
con brocha y pintura asfáltica blanco luminiscente.
Le haré corazones con nuestras iniciales
Y la cantidad de meses, días, horas, minutos y segundos
Desde que aceptó de mala gana mi primer beso.
Por supuesto que terminaré la leyenda
Con las palabras:
“Feliz Cumple, mi cokurrokuchititilonchi!”
que es el apodo amoroso
más razonablemente imbécil que se me ocurrió,
acorde a la magnitud de la imbecilidad de mi amor.
(Ella me llama “Cacho”)
 
Demás está decir que las vidrieras de las joyerías
Me llaman como hipnóticas todo el tiempo
Y he pensado regalos para Mi Amor
Que me dejarían varias veces en la bancarrota más absoluta.
Porque cuando uno se enamora
Y es un amor verdaderamente imbécil
Uno no puede andar escatimando
en imprudencia y desatino.
Uno anda así como un globo de promoción,
espléndidamente inflado
Volando dichoso en una Exposición de Cactus.
Aunque todos te murmuren
“Vas a explotar, vas a explotar, cuidado, mirá que vas a explotar...”
Uno se siente un globo invencible,
Un globo a prueba de cualquier espina,
El Súper-Globo,
El globo más afortunado del mun...
 
¡PLAFF!
 
Tengo el corazón estúpidamente destrozado
Y voy a hacer cosas estúpidas por un tiempo,
Entiéndanme,
No es que sea así del todo,
Tal vez si un poco,
Pero es que el amor desolado
Me ha empujado a través  de las puertas
de esta estúpida tristeza de corazones rotos
Y tuve que entrar, no tenía más remedio.
Como gente refunfuñante
A quejarse al mostrador de los impuestos.
Con mi más perfecta cara triste
De idiota, claro.
 
Pero...
Quizá no todo esté perdido, todavía.
Quizá aún pueda impresionarla.
Quién sabe?
Le hablaré, no, mejor le escribiré
No una carta para que me vuelva a aceptar
Sino mejor
Mejor... ¡¡¡UN PASACALLES!!!

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