Tocarte la piel
©VEC 2014
Que tocarte la piel
es ir más allá de tu cuerpo;
es llegar sin freno,
ni distancias extenuantes al futuro,
al cielo mismo donde los mares
inundan de vida y calor mis deseos;
es recorrer por tus lares y senderos
las profundidades de tu manantial de silencios,
de ligeros gemidos excitantes
que se encierran en mis oídos
mientras vibras, mientras sientes;
es mirar en la laguna de tus misterios
las ansias escondidas que se brindan hacia mí, que afortunado,
es clamarte con mi carne que te quiero y que te amo
mientras tiemblo de nostalgia, sintiendo cada palmo de tus labios;
los que beso, los que cimbro, los que abro y los que muerdo;
es vivir entre tus brazos convertido
en una especie de truhán
que arrebata la pureza de tus mieles
y penetra las paredes celestials
del castillo de mis sueños
donde el fuego de mi reina da posible al firmament
cuando muero como artista y renazco prisionero
de tu juego de caderas, tu vaivén y fiel capricho
tu apetito de ser mía;
hospedado en lo profundo
de tu joya humedecida
que me excita como hombre
y me arrulla como niño;
es seguirte en el camino sin juzgar si es lo correcto,
sin pensar en consecuencias,
es brindarte que estoy vivo;
es palpar tu piel de seda, frágil porcelana
que al cuidarte me desvivo;
es poseerte a plenitud en la mujer,
es entregarme a tí completamente
cual lo dicta Dios, que eres mi destino.
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