Me quedo
©VEC 2019
Me esperaría a ver tu sonrisa
y, que algo bueno, creería
que por ínfimo instante te hice sentir...
Tomaría de mi manto la luna
que en tu noche sin sueño
diera a luz en tu cuerpo una historia
incapaz de contarla al viento,
ni a persona ajena, ni como un secreto
que jamás sucediera, como ahora
que te quedas, de mí lado, a lo lejos
extraviada entre la bruma
de mis mudos pensamientos...
Me quedo mirando tu sombra
acompañando alejarse tus pasos,
me lleno de aguas tan frías que apagan
la llama de hacerte tan mía
que habré de quedarme en sueños,
mojado y atado al deseo
de hacerte beber de mi río
cruzando tu cuerpo, tu valle escondido,
tus arcos de edén, tu altas laderas;
acampados sin frío
al lado de lo sereno arrullando
que en mis brazos durmieras
descalza y sin miedos...
Me quedo sin ansias de decirte
aquello que no escuchas en tu mal humor,
me hago invisible y cruzo la calle
vagando hacia el barrio de las no palabras,
ignorantes, como si fuéramos nada,
como somos ahora, que fuimos ya antes,
que nunca ambos fuimos...
Me quedo tranquilo de saber si no
me hubieras querido siquiera en engaño,
me habrías tenido atado, dispuesto,
quizá hasta ferviente y seguro a tu voz
al tiempo y momento de un gesto genuino
que hiciera atreverme
a levantar los anclajes,
soltar las cadenas,
plantarnos un mundo...
Me quedaré sin ti,
y yo me quedaría contigo.
...Me quedaría con tu alegría que no has visto
desde hace mucho yo supongo,
me quedaría con tus sueños
hasta ver que te hacen feliz de algún modo;
me quedaría con tus ojos prendidos
y tus dedos sutiles tocando mi rostro,
me quedaría en tu beso, en la suavidad de tus labios
en tu cálido abrazo, tu cuerpo a mi cuerpo,
tu corazón cautivado; me quedaría queriendo
que no resistas quererme
y que en tu ser sí me quedo, vencedor
contra el aire que cruzase tu asombro,
cual ave surcando en invierno
en su vuelo agotado
me quedaría en tus manos.
