#EscritoresNicaraguenses
Brilla el agua en mi piel y no la siento corre a chorros el agua por mi espalda
Yo, poeta de oficio, condenada tantas veces a ser cuervo jamás me cambiaría
Solos de nuevo solos sin palabras sin gestos sin adornos
Digo amor y lacera mi cuerpo el desamparo.
Quiero entrar a la muerte con los ojos abiertos abiertos los oídos sin máscaras sin miedo
¿Cómo será el encuentro? Descarnados los dos sin tu mirada sin mis labios posándose en los tuyos.
Fui la nube y la lluvia y el mar y quiero ser la tarde y la muralla
Soy una chispa en la tierra un desahogo fugaz del corazón que nos piensa.
Es extraño este huésped este amor cuanto más me despoja más me colma.
Ya la ceiba no existe derrumbaron mi ceiba se hicieron añicos los espejos eché a secar mi Río y se escondió la luna.
Dame tu mano amor, no dejes que me hunda en la tristeza. Ya mi cuerpo aprendió
Desde tu ausencia llamo de tu exilio desde este viento sur que te convoca
No puede conmigo la tristeza la arrastro hacia la vida y se evapora.
Sólo éste ahora es mío este momento el pasado escapó y no vislumbro el rostro del futuro.
A veces pienso en ti en lo que pudo ser en tu ternura presa en las deshoras.