POESÍA JAPONESA
El cielo rojizo va entrando en el alma de mis deseos, recuerdos de ocasos de mar, de rayos de sol iluminando tú ruborizada mejilla.
Tengo los ojos del león soy grande poderosa un ser invencible; tengo una capa que me protege.
No puedo darte lo que no siento por ti el amor murió a base de olvidos y meses de soledad. Que el amor hay que cuidarlo
En su nuca de terciopelo dejo pequ… que van bajando a su clavícula dej… y vaya que le quedaba bien. Su cuerpo pesado, caliente, perfec… posado encima del mío
Camino por la ciudad, el calor del verano me esta sofocando, necesito aíre, me lo estás quitando.
Te regalo la vida, te doy una sonrisa de esas de para siempre. Te regalo todas las oportunidades, te doy un beso en la frente.
Sin serlo niña presumes de ser rosa, y eres espinas. Tengo un penar dentro de mi alma rota,
Flor del cerezo los pétalos flotando. Nada el pez rojo. Mujer con flores del valle de las rosas.
Mi cabeza echada hacia atrás, la melena rubia rozando el suelo y él besándome mientras su navaja recorría con la punta la piel del… bajando lentamente hasta mi clavíc…
¡Ay de MI que dolor me causaste en el alma! Un puñal clavaste en aquella noche de angustia, me he quedado sola, sola,
En noche oscura, entre tierra y el agua, Salta la rana. En el panel se afanan las abejas.
Qué sabrás tú niño de la emoción de alzar el puño de la sensación de unidad del corazón latiendo a toda veloci… ¿qué sabrás tú niño de la lucha?
Mi canción en llamas solo mía, clamando por saciar este hambre, que me mata en esta humedad del bosque,
¿A qué me huele el amor cuando estoy enamorada? Me huele a vino y a rosas con un perfume de sándalos. Me huele a día y a sol,
Lúgubre domingo, horas de insomnio Mis queridísimas sombras, Vivo con ellas, incontables, Pequeñas flores blancas,