POESÍA JAPONESA
Y sin darme cuenta sentí tu cálido aliento en mi cuello me tienes rendida supe que sería tuya. ¡Que me has hecho
En noche oscura, entre tierra y el agua, Salta la rana. En el panel se afanan las abejas.
Me vestiré sin prisa absorta frent… al viento a las hojas ocres, rojiz… en el suspiro invisible que vela m… Estremecida cierro la ventana. El… ese frío, se cuela en mi alma, cal…
La enfermera vestida de un blanco impoluto se dirigió a la sala de neonatos, allí había bebés con distintas dolencias, padres desesperados miraban por el cristal. cerró las cortinas y p...
Hoy te quiero contar: que tu sonri… es la fuerza que me lleva a ilumin… mis días. Que la ternura me sale por la boca… como un poema, cuando oigo tu voz.
Mis labios trémulos comulgan en tu boca carne y deseo el fuego de mi sangre cerezas de tu vértigo.
En el cerezo. Tela de seda líquida teje la araña. Junto al rosal el eco de la lluvia.
Surge una sonrisa entre la niebla de la vida, que se va evaporando, dejando ver tus ojos antes silentes, ahora
Cuando no esté no oiré la bella lluvia en mí caer. Hoy partiré en silencio, de los campos de otoño.
La sombreada calle, apenas transitada, me llevaba al final del pueblo. Me encantaba ver las flores que brotaban en primavera como por arte de magia. La hierba cubría el campo, salpicada...
Vuelan las hojas alegría del alma sereno el lago
Sueña la vida con tener nubes rosas lluvia de corazones. Sabor a sangre tiene en los labios rojos
Se oyó un taconeo en el silencio de la iglesia, una mujer avanzaba hacia los primeros bancos, llegó al primero, se arrodilló, agacho la cabeza, no se oía nada, pero sus labios se veían ...
El jardín níveo pétalos de jazmín blanquean su pelo trenzas de flores albas ciñen su bella cara.
Mujer hermosa y noble oye al juglar contar historias de un rey innoble que a los campesinos maltrata.