Edmundo Kazall

Desvelo.

Le he dedicado hoy algunas horas al desvelo,
algo agradecido por la compañía
de esos sonidos nocturnos, arrastrados por el viento.
 
Inquieto en la ansiedad por mantenerme despierto,
me contemplo en el espejo de mis versos,
nostálgico por cada momento que me ha inspirado
y ahora ninguno, de esos que fueron buenos,
toca a la puerta de mi ánimo.
 
Y es que escribir de tristeza me hace bien
Cuando se desahoga el alma en el silencio imperfecto…
Ningún recuerdo puede ser bello
Cuando se contamina de la escupa del orgullo
Y se consume en el pantano de una mente autocompasiva.
 
No quiero recurrir al descanso de mi cuerpo
Para calmar el dolor de mi conciencia lastimada.
Ni  que sea el trabajo de mis sueños
Crear para mí un mundo donde no se sienta nada.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Edmundo Kazall...



Arriba