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Espectador

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Vi a dos mujeres arder,
las vi hermosas conflagrar complicidad,
la una y la otra y túveme que obligar
a sentir de cerca aquel ajeno placer.
 
Las vi lentamente atraerse, impunes;
La uno no sabia que hacer,
la otra tomó todo el control al ver
que sus respiraciones causaban aludes.
 
Me sumí en el calor brioso
de sus exhalaciones, envidioso;
Mientras se convidaban risas y besos, impías.
 
Sentí, pues, mi cuerpo vibrar sinuoso;
La una era mi compañera, oh amor fastuoso,
y la otra era una completa desconocida.
 
Y fue tal la exhalación
que el aire viciado por el rubor
se transformo en vapor,
mientras se respiraba sexo en la habitación.
 
Yo estaba absorto como un espectador,
mientras ellas se fundía,
y de pronto sufrí una especie de brujería,
en el momento de rozarles el sexo a las dos.
 
Bailamos, casi a oscuras,
con el ademán de quien procura,
no desintegrarse como el fuego.
 
Y fuimos libres criaturas,
y comprendí la hermosura
de entregarnos, libres, a un disfrute nuevo.

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