Entre sábanas
“Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.”
Antonio Machado
Has dejado de ser real al acariciar tus sábanas.
La clausura de los párpados.
El aire caracol se escurre lento dentro de ti.
Sonríes, sin miedos turbios, ante un brevísimo olor de la infancia.
Y, en una fracción de segundo, eres ese aroma, con sus guirnaldas y su jolgorio.
Ya no eres febrero.
Las curvas del tiempo enredan una espiral que navegas, mientras acaricias margaritas pequeñísimas y sonríes como el rocío sobre una telaraña.
Las mentiras se hacen largas y un niño tiene ganas de volar.
Eres una perfecta burbuja azul en el aire, bailando sobre praderas de amapolas y girasoles.
Ya no te angustia el trabajo.
Inspiras profundo y aceptas que aquel perdón por el que respirabas nunca llegará.
Y la espiral del tiempo se alarga, se estira, se fragmenta.
Ya los perdones de otros no tienen que ser “la verdad”.
Una aspereza al revolverte bajo la manta y eres real de nuevo.
Ahora más fuerte, casi coloso, casi invencible.
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Imagen en unsplash de Jurien Huggins
Piaciuto o affrontato da...
