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Breviario 51 a 60

“Después de todo, la mejor manera de viajar es sentir.
Sentirlo todo de todas las maneras.
Sentirlo todo excesivamente,
porque las cosas son, en verdad, excesivas
y toda la realidad es un exceso, una violencia,
una alucinación extraordinariamente nítida
que vivimos todos en común con la furia de las almas,
el centro hacia el que tienden las extrañas fuerzas centrífugas que son las psiquis humanas en su consonancia de sentidos.”
F. Pessoa

51 –La realidad es inmensa y compleja. Tiene todas las aristas que le son dadas al infinito. Nuestras mentes se atreven con un intento, tantas veces vano, de comprenderla, esquematizarla y construir representaciones mentales en las que dibujamos nuestros roles y los de los otros actores cercanos. Generando una base operativa que nos sirve para “entender” y ejecutar lo que fuere que queremos lograr. De más está decir que no siempre el esquema personal es fiel a la realidad que intenta recrear. Pero eso ya lo mira cada cual.

52 –Este té, con su botón de rosa, que acaricia mis labios, ignora cuán similares son mi esquema-representación mental de la vida y la realidad pura, limpia, compleja, externa, viva, que late de prisa. El olor del té, su color y calor me inundan. Más no sé yo más que ésta infusión cuánto se ajustan mis propios esquemas al mundo exterior. Asumo correspondencia plena y continúo el sendero. No tengo por qué dudar. No lo hago.

53 –Pocas certezas brillan en mi esquema. Más algunas destellan. No quiero estar sola. No quiero beber, leer, dormir, dudar, comer, escribir, vivir, amar sola. Busco ojos en la oscuridad con los que conectar mis luceros para encender esperanzas de unión. Me valen, aunque sean temporales, aunque duela el apagarlos, aunque sean muy distintos o estén distantes. Me valen luceros de almas. Llevo años de esquema constatando que no son fáciles de encontrar y explorar. Y aunque he disfrutado de muchos luceros, quiero más. Insaciable de mí.

54 –Ven aquí,
siéntate cerca.
No me mires,
no te miraré...
Abre tu alma.
Déjame contemplarla.
Será un instante.
Con eso me vale...
No te juzgaré.
Te muestro lo poco
que logro entender de la mía.
Otro instante será suficiente.
Cierro el cofre otra vez.
Un poco de suerte
y te revelo algo de ti,
me enseñas algo de mí.
Un poco de suerte
y después de cambiarnos
las rutas y esquemas
nos olvidamos de estos brillos
y seguimos delirando
en nuestras realidades
con otros luceros
bañando oscuridades
que abran regueros de estrellas...
Caminos para quien quiera
pasear y descansar.

55 –Una sonrisa es una puerta abierta. Una sonrisa de ojos es una ventana al alma. Un parpadeo es una invitación a cuidar la vulnerabilidad del alma guerrera. Me gusta hablar con los ojos. Se dicen cosas distintas a las que dicen las palabras. Casi nunca hay confusión.

56 –Y las palabras tantas veces significan tan poco. Dicen más los silencios, los tonos, las pausas, los ritmos. Aléjate de quién te niega su voz. Los ojos son vulnerables. No son fáciles de exponer. ¿La voz? La suponemos poderosa y no tememos revelarla. Más su sinceridad es elocuente y pocas veces cuenta las cosas del revés. El mejor de los mensajes es una canción.

57 –Arrullo de madre cubriendo el frío de la soledad hecha destino inevitable en el que te sumergirás. –Canción infantil que te acompaña mientras juegas y tropiezas y te vuelves a levantar. Está en tu mente, no la escucha nadie más. Pero es tu fortaleza y te llevará lejos si la sabes interpretar. –Melodía incesante la que se repite una y otra vez mientras te aturdes a intentos de derribar esa pared que te separa de lo que sueñas y de lo que quieres poseer. Te agotas y tratas de seguir su ritmo para no decaer. Cambia los acordes cuanto haga falta. Importas tú, no el camino que te has trazado, ni lo que acumules, ni lo que dejes a un lado. –Coral acompañando los movimientos finales de aquello que ya no puede continuar. Deseo que sean muchas y hermosas las voces que adornen lo que sientes y te hace vibrar. Cada música es única, no importa cuánto se repita, la similitud es aparente... No eres el mismo de antes, no eres lo que serás. Disfruta cada acorde como si fuera el único presente posible, es lo que es en realidad.

58 –A cada recuerdo le descubro un matiz nuevo. Sé que lo reconstruyo y lo llego a desvirtuar. Cada recuerdo me cuenta una historia que con el paso del tiempo cambia. No hay juez de falsas memorias. No hace falta. No hay que mirar atrás con dudas. En lo que pueda ayudar al presente, se le estima y se le incluye. Lo demás es para descartar.

59 –Cada persona que ha tocado mi vida dejando una huella me enseñó algo de sí y algo de mí. Algunas se han quedado. Otras no. Más guardo en mi alma la paz de quién sabe que puedo abrir el cofre y ver que en cada momento di lo mejor que podía, me entregué con sinceridad y fuerza. No escatimé en ganas. Me duelen los miedos que repetidamente limitaron tanto, pero ¿Quién puede vivir sin temor? Vivir es sentir, sentir es viajar. No hay exploración mejor.

60 –Hay paz en la aceptación de los hechos que no puedes cambiar. Según Epicteto y según mi esquema de la realidad. Acepto la soledad que me envuelve, aunque estoy rodeada de amor. Acepto que cada momento es único, aunque no pueda dejar de mirar atrás y alrededor. Acepto que tengo donde mejorar. Y me dedico a ello.

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