Huellas
“Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.” Charles Baudelaire
Tus huellas invisibles me destruyen.
Me inflaman y corroen.
A mi alrededor siento
tu aroma inquieto, como
en ráfagas de luces,
sonrisas caramelo,
caricias envoltorio
de tul y del sabor
del placer, muy sereno,
que tu voz me transmite.
Y sé que ya no logro recordarte.
Te fuiste a la deriva
aún más lejos de
dónde tu estabas antes
de mi inicio y final.
Pero que ya no estés no guarda mis
emociones cristal,
que resisten al viento,
a tu aroma y a mi mar.
Puedes ver a través,
más por poco se quiebra esa sutil
esencia frágil, suave,
del que anhela dormir
sobre unas nubes falsas
de amor y libertad.
Vivo yo tropezando con tus huellas.
Alcanzo el terciopelo
de tus labios en cada
sueño. Y renuncio a ellos,
ya nunca volverán.
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