Sala de Espejos
“Quedarse dormido, quedarse dormido... Pero de todas maneras, alguien te despertará” A. Blok
Quedarme dormida para soñar...
Soñar que todo tiene sentido
que vivo para amar y desear
que quiero y doy mi vida
por los que creo son mi verdad.
Quedarme dormida para no aceptar
que el absurdo reina en el lugar,
que en cualquier momento alguien o algo
sucederá y destruirá en un soplido
todo lo que veía yo como mi realidad.
Quedarme dormida, soñar, no despertar...
envolverme en anhelos y deseos pequeños,
tibios y perfumados, sin peligros cercanos,
sin que nada me pueda llegar a doler...
no quiero verme de nuevo abrumada por la fatuidad.
¿Quién tiene la entereza para a cada instante
vivir consciente de que todo nace inscrito en muerte,
de que el placer inmediato es frágil,
de que lo más sagrado tiene bases de papel?
¿Quién puede vivir con ello y sostenerse... y seguir en pie?
Y por ello nos aturdimos con “nuevas realidades”
en las que somos protagonistas de lo que viene y va.
En la que tenemos luchas interminables
con enemigos de miga de pan.
Nos acomodamos lechos en los que dormimos... para soñar...
Lechos que atesoramos para, en ellos inconscientes,
vivir e imaginar...
Hacemos acopio de ilusiones y anhelos,
con los que poder tener fuerzas para continuar.
Pero siempre hay alguien o algo que te viene a despertar...
Porque la cacofonía absurda que reina en el vacío
sabe imperar con el único sentido de poderse autoperpetuar.
Y en medio de ello, tú y yo, vida mía, unidos,
esbozamos nuestro concierto de caricias
para durante el sueño relajarnos aún más...
No nos engañemos, ambos sentimos el olor del éter
en el que flotamos... y aún nos queda entereza para reírnos,
repantigarnos y juguetear con los pies, los ojos, la moral.
Y seducirnos para sacar sonrisas quintaesencia,
que se reflejan en los espejos bañados de escarlata
de esta sala ensueño en la que estoy, en la que estás.
Piaciuto o affrontato da...
