Albergue
“Creí mi hogar apagado
Y revolví la ceniza...
Me quemé la mano”
Antonio Machado
Esto va con Prosecco
Nuestras granadas ácidas
sellan el tiempo de olvidar.
Me arranco el sayo del deber
y recupero lo más bello
que recuerdo haber escondido.
A mi bebé que duerme sin
haber dado nunca ni un paso
le acuno con versos de Baudelaire
y con lo que él arrancaba de Mallarmé.
Le arrullo con caduceos y pies con alas.
Le ofrezco del color azul los significados.
Al bebé que tengo muy dentro
y que ya nunca nacerá,
le hablo de un amor sin espejos
y de silencios hechos de fuego bermellón,
del temor derretido a esa soledad
que se instala en mis recovecos
y de cómo se puede amar
sin que ello traiga un alba a nuestros ojos.
Al bebé que no supe concebir
le explico que sentir no es siempre luz,
no por ello se apagan esos brillos.
Le cuido el sueño del miedo a quebrarse
y le protejo con mis palabras de conjuro.
Le prometo que le guardo muy dentro
y que nadie le dañará.
Menos que nadie, yo.
Y me convierto en nido para susurros de otros,
veo el dolor bailar al viento
y atesoro secretos.
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Imagen de depositphotos
Piaciuto o affrontato da...
