En días de lluvia
En días de plomo mi espíritu se aviva,
mirando lluvias, mis ojos se enamoran:
las gotas danzan, en la ventana lloran
aroma a tierra—el cautivo se cautiva.
En cajas viejas, los secretos a la deriva.
Pies fugaces, sombras que se evaporan.
Viajes inertes que por una casa moran,
ruinosas huellas que el olvido esquiva.
Lo simple cobra magia entre tanta pausa.
Me despierto de la pesadilla que cuentan
del mundo: el efecto ha perdido una causa...
En días de plomo se aviva esta extraña brasa;
lluvia y tormenta para quienes se atormentan:
con agua se han quemado las cajas de mi casa.
