¿Cómo, idolatrada mía, Cuando la noche agradable A tus brazos me conduce, Gimes triste y anhelante? Están ajadas y mustias
¿A Minerva te consagras? Perdone Amor tu imprudencia: Advierte que tanta ciencia No es propia de la beldad. No: tu sencillez conserva,
El cielo está puro, La noche tranquila, Y plácida reina La calma en el mar. En su campo inmenso
Si Dios no existe, o si de mi se… Y tan sólo al alzar debo la vida Para pasar el mundo, Cual nube tempestuosa el Océano A merced de los vientos,
Cana mi frente está, mas no por añ… Que veinte y seis abriles, aún no… Cana mi frente está, no por espant… Que no temí jamás. ¡Ay! el tormen… De ansiar un bien ideal, que de mí…
Ven, amigo del libre Cosaco; No más tiempo tu gloria dilate: Pronto al robo, arrojado al combat… Alas presta a la muerte fatal. Yo en cu espalda sentado, a los pu…
Es el sepulcro puerta de otro mund… Los sabios y los buenos Así lo afirman, y de espanto lleno… Tiemblan los malos a su horror pro… ¡Verdad sublime! ¡Oh Padre! Bast…
Desde el suelo fatal de su destier… Tu triste amigo, Emilia deliciosa… Te dirige su voz; su voz que un dí… En los campos de Cuba floreciente… Virtud, amor y plácida esperanza
¡Adiós, amada, adiós! llegó el mom… del pavoroso adiós... mi sentimien… dígate aqueste llanto... ¡ay! ¡el… que me arranca el dolor! ¡Oh, Les… No es tan solo el horror de abando…
Si la pálida muerte se aplacara Con que yo mis riquezas le ofrecie… Si el oro y plata para sí quisiera… Y a mí la dulce vida me dejara; ¡Con cuánto ardor entonces me afan…
Arco sublime de triunfo, Que adornas el vasto cielo, Cuando su confuso velo Recoge la tempestad; No al oráculo severo
¿Quién hay, mujer divina, Que al mágico poder de tus encanto… Pueda ya resistir? El alma mía Se abrasó a tu mirar: entre la pom… Te contemplé del estruendoso baile…
Desde que te miré, joven hermoso, Sentado a par de la luciente hogue… Por mis venas corrió fuego dichoso… Que no puedo explicar. ¡Quién a t… Siempre vivir pudiera,
Cuando el Creador con gigantesca… Sobre sus ejes a la tierra puso, ¿Tal vez formar al hombre se propu… Siervo cobarde o criminal tirano? ¿Enseñole a doblar la vil rodilla?
Al contemplar las áticas llanuras En la serena cumbre del Himeto, Espectáculo espléndido se goza. Vense grupos de palmas, que otro t… Oyeron de Platón la voz divina,