Cargando...

Dios

No lo puedo evitar,
Soñar con la verdad,
De la improbable manera,
De apartar las metas.
 
Y dejar lo individual,
Para extintas épocas,
Vienen nuevos sucesos,
Se imprime libro nuevo.
 
Dejo de ser el infeliz ateo,
Y te juro que creo,
En la luz que, a cuestas,
Dormido me enseñas.
 
En sortear en la banqueta,
Tu sombra de primavera,
Un conjunto de ideas,
Brillantes sobre la acera.
 
Hay luz por donde quiera que veas,
Hay fiesta espiritual y zarzuela,
Cada que te niego tres veces,
Y te afirmo en exilio de gentes.
 
Te confieso sobre valientes,
Tradiciones vigentes,
Epilogo del mismo silencio,
Palabras sobre debates.
 
Eres primordial incuestionable,
Un paisaje natural,
Un fino e instrumental,
Concierto de pares.
 
Epifanía del deudor lúdico,
Que te sigue apostando,
Toda su verdad,
Por estar en tus brazos.
 
Más que como astro,
O necesario anecdotario,
O perfecta belleza,
En un vitral de santos.
 
Como mi conciencia,
Mi dios, mi vigencia,
Mi ser superior,
Mi insurgencia.
 
Cuando quiero correr,
Y maldecir a los que violentan,
Tú me salvas como puente místico,
Como único camino.
 
Como un dios,
Te lo digo,
Dejemos que sea mañana,
Nuestro génesis del alma.

Otras obras de Israel Rodríguez...



Top