Canción para acompañar: Jorge Drexler, Guitarra y vos.
Incluso del apego al nirvana hay que liberarse.
Buda
A ningún niño del mundo Le gusta que le peinen. Es así, comprobadlo. Que le roben su identidad, Su aspecto desaliñado,
Trajes de Armani, Gafas de Gucci, IPad, Rolex, Señuelos, señales De una mejor vida.
Me volví a los bosques del Norte A aullar a la pálida luna, A cazar solo, lo necesario, A limpiar el alma de escombros. Atrás dejé a Tormenta
Dadnos, por el amor de Dios, Educación, pan y trabajo. Dadnos justicia y paz A ambos lados del charco. Nada de pueblos abatidos,
Por más que el cuerpo No aguante, Por más que duelan El alma, y los golpes, Por más palos
¿Por qué habría de elegir Entre la noche y el día? Si por la mañana hay Racimos de sonrisas Y besos de rocío,
Todo lo que quiero Es escribir versos sobre tu piel, hacerte un besamanos, Desnudarte de un traje de besos a medida,
Me regalo mis días para andar, Unos zapatos de mi talla, El camino que quiero, Mi amor y mi duelo, la soledad. Unas gafas de sol amplias,
Ahora que no tengo el ímpetu De un bote recién abierto, Que sé arrancarle el sabor A cada escurridizo milímetro, Ahora que cada estación es otoño
Malditos burgueses, que nos rociáis el dorso de aceite hirviendo y os parece de mal grado denunciar el resultado.
Se cierra el día y emergen los verdaderos rostros que alimentaron a los turistas, y sus pupilas brillan enamoradas
Ocurre que me aburro De leer una y otra vez Los mismos poemas: Te quiero y me muero, —O me quiero y te muero,
Me muero de ganas por decirte te quiero, amor mío,
Vigilia, no huyas de mí. Quiero amar sin conocer, Un amor de estío en enero, el sueño de una fría y eterna noche de verano,
Trece rosas, trece Que tuvieron la mala suerte De creerse jóvenes y libres En un jardín de señoritos, Segadas vilmente por manos