Han pasado sólo unos meses desde que los dos dejamos al orgullo tirado y decidimos escribirnos sobre la piel una historia que debía no escribirse. Sólo algunos meses y te tengo: te tengo reproches, abrazos, besos, enojo, frustración, dudas y miles de gracias.

Teníamos claro que nada de esto era moralmente lo correcto, pero te reprocho que sí sucedió y muchas veces más, te guarde un abrazo de aquel día en el que me trozaste el corazón, un beso de cuando no nos dimos amor.
Me enoja, y mucho, que me frustre por él. ¡No era celoso! ¿Qué me hiciste?
Imagina, por cada palabra, caricia  y beso, me hacías dudar tanto, que la ansiedad llegó a convertirse en seguridad. Pero, ¿Qué podía hacer yo sino darte las gracias?

Puse nuestra historia en una balanza; y la lista buena parecía no acabar. La mala estaba llena de complejos, no de defectos.

Cierto o no, recibí un “Te amo” de tus labios y fue un maravilloso momento. ¡No quería enamorarme! ¡Me negué desde el principio! Pero los dos rompimos los principios, las expectativas, las reglas, el estatus, la moral, el derecho, la lógica, la realidad, el respeto y el corazón, y sólo nos encargamos de darnos amor. ¿Qué es amor para ti, entonces? Porque tú, joven tentación, que me hizo romper todo esto, te amo por hacerme romper mi vida.
Me diste más de lo que podía recibir, y se me cayó de las manos. Pensaba en “descubrirte” y hasta me descubrí a mí mismo.

Nos animamos, nos planeamos, despertamos y vivimos. Nos entendimos, escuchamos y bromeamos. Nos conocimos, amamos y quisimos. Nos prestamos y luego regalamos. Y sí, nos tuvimos.

Pero ya, tu decisión está tomada. Él te escribe más y mejor; tiene más reproches y abrazos. Él te besa mejor. Él se enoja por ti, tú te frustras por él. Él tiene más dudas y él no te debe gracias. Con él has roto ya mil cosas más, incluso mientras nosotros jugábamos a quebrar sentimientos. Con él no hay principios, expectativas, reglas, estatus, moral, derecho, lógica o realidad, porque él las rompió para ti.
Él te da más y mejor amor. Él te da y tú recibes lo justo, quizá de más y por eso me tocaba un poco. Él te descubrió mejor.

Ustedes se animan más, planean más, y viven más. Ustedes se entienden mejor, se escuchan mejor, y bromean mejor. Ustedes se conocen más, se aman más y se quieren más. Ustedes no tienen necesidad de prestarse, pero se regalan mucho más. Él, te tiene, te tuvo y te tendrá.

Si eres tan “rompedora” con él, como lo fuiste conmigo, ve, ámalo, y habrás roto algo conmigo que con él no, mi corazón.