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Carmesí, atardecer

Parte de la obra "MAOA-L, Poesía de los desafines de un corazón criminal"

El último trozo de tu alma se desvanece, se difumina, con el retrueno de tu grito
¡Me extingo! Digo y no me inmuto, en lo absoluto, después de todo el mito,
jadeo, cual ciervo ennegrecido, todo un malnacido. ¡Ojalá hubiese resistido!,
¡Si tan sólo no te hubieras ido! Pero decides mojarme, estropearme, vestido.
 
Tu cabello se vuelve hilo, mientras que mis palabras finales se hacen prefijos,
caracteres fingidos, heridos tejidos. Tus nervios descubiertos, desiertos,
temblando con el rose del viento ¡Qué bello! Se lubrican con destello,
destajo, de tu mente sólo un atajo. ¿No podías, simple, creer en ello?
 
Tu curtido, tu entrepierna descubierta, tu mente más abierta, testigo,
tus afonías desembocando en una imagen congelada de tu propia carnada,
¿Será mejor asada? ¡Te vez cansada! Una vez prensada, todo se complica,
tus mejillas blancas me pican, inmersas en la ilusión de una nueva vida.
 
Se juntan como hojas mojadas, tus pestañas me llevan a un éxtasis en almohada,
y se notan pesadas, las canas ahora caoba, tengo calor y tú, fría diferencia,
noto mi preferencia ¡Presto! Ahora estás morada. Tonos diferentes, todos consecuentes,
admirable capacidad rojiza, sin ningún tipo excéntrico de prisa.
 
Te escribo con filo, eres el mejor papel que has hecho. ¡Desecho!
Retortijones juguetones, dedos largos con punta metal, ¡Cuánto me da!
Ventajas secretas, músculos cableados, escondidas en tu regazo,
cuando llego a la cuna me tomas rechazo. ¿Qué he hecho para no merecer esto?
 
¡Te envidio de vil manera! ¡Te envidio de pies a cabeza! Yo no podré jamás verme,
¡Oh! ¡Si pudiera de la piel deshacerme! Tenerme, me conformo con tu verde.
Religión prohibida, pintura única, espesa como sopa fría, ¡Tenedme!
Morder y separar las hebras ha de ser sorprendente. ¡No! ¡Por favor, detente!
 
Amar implicaba a mi fuente, lo sabías y ahora no eres fuerte,
me decepcionaría de no ser por tu muerte inminente, es ahora sólo verte,
pintando sobre el suelo un nuevo Da Vinci, un nuevo rojo arte,
un carmesí de espirales celeste, los contemplé hasta que terminaste.
 
Músculos, luego su alma blanquezca, todo un deleite en bufet altruista,
algo pesimista, pero no creo que dure lo suficiente, forzó a mi mente,
juraba protección y te vuelvo inmortal en tonos primarios,
unos, varios, todos los puntos van desapareciendo. ¡Me estoy riendo!
 
Con algo de limón todo sabe mejor, excepto en contracciones de dolor,
¡Qué olor! ¡Mírate desnuda! Tengo en mis manos una Afrodita diminuta,
Infinito placer, finito dolor caudal, eres mucho mejor detrás,
estirando tus labios maquillados con líneas reflejadas, manchas.
Piaciuto o affrontato da...
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