#EscritoresCubanos
Mi corazón fue un vaso de alabastr… Donde creció, fragante y solitaria… Bajo el fulgor purísimo de un astr… Una azucena blanca: la plegaria. Marchita ya esa flor de suave arom…
Al resplandor incierto de los ciri… Que, en el altar del templo solita… Arden, vertiendo en las oscuras na… Pálida luz que, con fulgor escaso, Brilla y se extingue entre la dens…
No busques tras el mármol de mi fr… Del Ideal la esplendorosa llama Que hacia el templo marmóreo de la… Encaminó mi paso adolescente; Ni tras el rojo labio sonriente
Cuando el hijo salvaje del desiert… Ata su blanca yegua enflaquecida Al fuerte tronco de gigante planta… Y, tregua dando a su mortal fatiga… Cae en el lecho de tostada arena
Yo no amo la mujer, porque en su s… Dura el amor lo que en la rama el… Y mi alma vistió de eterno luto Y en mi cuerpo infiltró mortal ven… Ni con voz de ángel o lenguaje obs…
¿Eres dichoso? Si tu pecho guarda Alguna fibra sana todavía, Reserva el don que mi amistad te e… ¡El tiempo de apreciarlo nunca tar… Mas si cruel destino te acobarda
Noemí, la pálida pecadora De los cabellos color de aurora Y las pupilas de verde mar, Entre cojines de raso lila, Con el espíritu de Dalila,
Noble y altivo, generoso y bueno Apareciste en tu nativa tierra, Como sobre la nieve de alta sierra De claro día el resplandor sereno. Torpe ambición emponzoñó tu seno
De mi vida misteriosa, Tétrica y desencantada, Oirás contar una cosa Que te deje el alma helada. Tu faz de color de rosa
Árbol de mi pensamiento Lanza tus hojas al viento Del olvido, Que, al volver las primaveras, Harán en ti las quimeras
Suspiro por las regiones Donde vuelan los alciones Sobre el mar, Y el soplo helado del viento Parece en su movimiento
Yo en la soledad he dicho: —¿Cuándo cesará el dolor Que me oprime noche y día? —¡Nunca!—el eco respondió. —¿Cómo viviré más tiempo,
—¿Por qué lloras, mi pálida adorad… Y doblas la cabeza sobre el pecho? —Una idea me tiene torturada Y siento el corazón pedazos hecho. —Dímela: —¿No te amaron en la vid…
Rey solitario como la aurora, Rey misterioso como la nieve, ¿En qué mundo tu espíritu mora? ¿Sobre qué cimas sus alas mueve? ¿Vive con diosas en una estrella
Noche de soledad. Rumor confuso Hace el viento surgir de la arbole… Donde su red de transparente seda Grisácea araña entre las hojas pus… Del horizonte hasta el confín difu…