#Españoles
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.