Que me miren tus ojos
Que teniendo el poder de enamorarte
solo quiera llegar y acariciar tus rizos
caminar de tu mano en un camino sin salida
mirar las aureolas de tus pechos como monedas de oro.
Que tus ojos me miren como el sol a la playa,
que me miren como el cielo a las estrellas
que divinos me lloren en la ausencia y el olvido
que me seduzcan con un giño de complicidad.
Que siendo tus ojos tan maravillosos
no vayan por otros caminos que no sean los míos.
Que tu mirada profunda, expresiva, apasionada, intensa
se recree en el secreto oasis de mi lago.
Que teniendo el poder de enamorarte
solo quiera llegar y acariciar tus rizos
caminar de tu mano en un camino sin salida
mirar las aureolas de tus pechos como monedas de oro.
Mi reto es plantarles cara a las cucullas de tus pestañas
que adivinan el parpadear de mis ojos,
que sueltos en el mar te buscan como perros de presa
para devorar cada milímetro de tu efigie de cera.
Convénceme con tu mirada de pasión y derroche
para que tus destellos dejen seducir a la noche
y vuelque tu mirar profundo en una apasionada e intensa
búsqueda del amor prístino que guardo para ti.
No dejes espacio entre beso y mirada
no agrietes mas la herida de mi pecho.
Átame al mástil de tu falda
que por siempre quiero despertar en tu lecho.
El susurro de tu voz llega desde la otra orilla
de los sentidos, desvanecen el algodón de azúcar;
viajan a través de los zócalos des encriptando
los te quiero y te amo, que se cuelan como salivares.
Si todavía después quieres mirarme
estaré titilando en algún punto del infinito universo.
Un hilo sangrante de mis ojos te llevará
hasta el olor de tierra donde nacen los girasoles.
Arrebolado por tu mirada profunda alcanzaré el Nirvana
mirando tus ojos y, en un sencillo acto de desprendimiento
moriré de amor a tus pies con la mansedumbre
del viajero que a llegado al fin de su camino con estoicismo.
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