Sin ella
Nublada me encuentro y todo se reduce a la ceniza de mi cigarro que poco a poco se consume, como los recuerdos en la memoria de la persona distraída, que poco a poco olvida. Así se siente estar sin ella; busco un adjetivo que describa al reflejo que veo en el espejo, y no se me ocurre alguno que no exponga mi realidad, que no me recuerde que sin ella, la vida se vuelve un poco más vacía.
Ya no gobierno en lo absoluto a mis pensamientos, cada uno me devuelve a lo mismo, a los recuerdos de lo que dejo su breve paso por mi vida, efímera pero arrasadora. Ya no recuerdo cómo era estar sin ella; su mirada no se compara, ni el roce de sus manos con las mías, el que me recuerda que a su lado, el amor se materializa.
Me consuela pensar en que volveré a ella, con la duda de si me olvidara, de si conocerá a alguien que si la sepa querer; solo espero que me espere, que espere a que me llene de herramientas, las cuales, me permitirán quererla mejor.
