Caricamento in corso...

Solo basta escucharla

No padezco de nada, ni de mis desgracias, ni de amor, ni de odios, ni rumores tontos, ni desgracias ajenas, estoy en solemnemente tranquilidad solo.

La mañana es fría y la lluvia cae con fuerza y chispotea en una ventana que da vista a la nada, quisiera poder agilizar el tiempo de mi vida y ver que hay más allá, pero es imposible como lo es conocer lo que hay dentro de este cuerpo lleno de huesos y ansías vacías, y es que no siento dolor, no me duele, no me afecta, me creo un hombre frío, sin miedo y seguro de sí, me refugio en humo, en el café oscuro diario, en letras y en silencios, como si estuviera en Calma, como si nada me importase más que un cigarro luego de comer o si el café quedó en su punto, o si la llave de la ducha quedó bien cerrada. No puedo parar de escribir sobre mi y no es porque sea un tonto narcisista de sus emociones, yo no existo, ni siquiera tengo un nombre propio, tampoco tengo un hogar, ni pensamientos individuales.

Pero solo me basta escuchar su dulce voz para tomar el nombre que me dió y continuar la vida que me pesa y volver a ser un hombre emotivo.

Pero solo me basta escucharle reír, cantar, llorar, hablar de su vida mientras peina su cabello, verla ducharse, verla dormir, verle molesta, verla eufórica. Mi esencia de vida es ella, me convierte en un tipo...

—Papá, me compras un ponqué?

—cállate

—Papá, estamos yendo a la guardería?

—si

—Papá, me compras un ponqué?

—si.

Ya les dije yo que soy un hombre distraído.

Piaciuto o affrontato da...
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