La mañana volvía entre penumbras y rostros, bajo el dulce asomar de… el tiempo no marchaba, puesto que… ritmaba el aleteo urdiente de su c… La niña removió el cerrojo del ins…
Quería soñar, amor, que en mis brazos te tenía. Cerré los ojos y vi de blanco entera vestida a una dama blanca y bella...
Llueve. Llueve. Lo gris. La tran… Las casas amorradas. Los cristale… empañados. El frío en los metales. El recuerdo del vicio y la apetenc… Llueve. Llueve. Golpea con insist…
Por el ladrillo por el tiempo por tu rostro por la arena por tu visión de cinta
Todo lo puedo. El regresar me ha dotado de fuerza… El hogar paterno me dio el sentirm… y moraré tranquilo, enamorado eter… Cual cervatillo herido que vaga po…
Señor, ¿por qué te alejas y te esc… El inicuo somete al afligido, el inicuo blasfema contra ti, afirma que no hay fuerza que le ju… librado del dolor y la desgracia.
Obrilla cómica para niños y jóvenes, y para adultos que no hayan perdido la razón.- Esta pequeña obra literaria la escribo como homenaje respetuoso a la locura, a la subl...
Contamos las historias, las edades… porque desembocamos en la luz, porque al compás de desiguales año… quisimos ser caballos de más brío. «Ser o no ser»: dilema de existenc…
En verdad, si yo fuera un hombre y no un meta… me iría con la brisa a empujar el… miraría los cúmulos rendirse de in… y moteado de lluvia viviera el des…
Se planta el día de fiesta... y bajo el arco del cielo vamos a pasar la tarde en charlas con nuestro abuelo: viejo-niño que nos lleva
Entonces habló el ángel (y miré y me vi y me vi hombre y sentí lástima de mí):
—¿Y si despierto? ¿Y si me inundo de grácil brillantez —de ruidosa mudez— en la redonda noche?
Como si imaginamos que una punta y otra punta en sus centros se clavaran
Un corderillo solo y herido entre los bosques... Un corderillo solo (podrá crecer la hierba), la voz adolorida que clama entre s…
Los siete sellos los siete espíritus de Dios en forma de siete lámparas los siete ángeles /sus siete trompetas respectivas